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Río Xares y pueblo Ponte

El río Xares y el pueblo de A Ponte

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  • Categoría de la entrada:Medio Natural

Autor: Antonio Fernández (Cholo)

El río Xares, con su nacimiento a 2.040 metros, algo menos de cien metros de Pena Trevinca-Cima de Galicia (2.127 m), es el resultado del último período glaciar del Cuarternario, ( Würm), donde las cimas de los montes más altos de Trevinca (Pena trevinca, Pena Negra o Pena Surbia) apenas sobresalían del casquete de hielo de donde partían las lenguas glaciares de los ríos Tera, Bibei y Xares, conformando todo ello los valles en forma de artesa con su característico perfil en U.

Desde su lugar de nacimiento, el Xares desciende lentamente por el fondo de O Xancianal (lugar de la Gentiana lútea L. subsp. aurantiaca) facilitando la creación de turberas y hábitat de las dos únicas especies de plantas carnívoras que tenemos en Galicia, la «Orballiña» o Drosera rotundifolia y la «Grasilla» o Pinguícula vulgaris. Cerca de las ruinas de una antigua cabaña de pastoreo («curro»), el río Xares se precipita en un fuerte descenso de unos trescientos metros por O escavadoiro, topónimo que indica la excavación fluvial que produce el río. Más abajo, en O Escambrón, (lugar de Acebos, Espino Albar o Endrinos, conocidos como «Escambruñeiros») el Xares se remansa, y se pueden apreciar aquí, en toda su grandiosidad, las fuertes pendientes del Alto del Turrieiro y O Fial. En este lugar, la forma de valle glaciar en artesa o U se hace evidente.

Siguiendo valle abajo por el antiguo camino que comunicaba A Ponte con Sanabria (Zamora) y La Baña (León), se llega a uno de los antiguos puentes o «pontones » mejor conservados en nuestro rural gallego, el «Pontón das Olgas». El topónimo Olga, en gallego Alga, pudiera ser indicativo del gran número de plantas acuáticas de la especie Ranúnculo fluitans que se localiza flotando en esta parte del río. Además, este ranúnculo también es conocido en Galicia como «Oucas», traducido al castellano como Algas. La relación de «olgas» con algas, «oucas» y el ranúnculo, parece evidente.

Se entra en A Ponte por el Pontón de Pena Pausa. Esta aldea de herencia románica, que ya aparece en los mapas de Galicia en el año 1598 (Descripción del Reyno de Galicia de F. Fer Ojea, editado en Amberes en 1.598). fue desde siempre de tradición ganadera, de grandes rebaños de vacas y ovejas que pastaban en las montañas desde principios de primavera con la retirada de las nieves de los pastos de altura, y que de nuevo, regresaban al pueblo al final del otoño, con la llegada del invierno que volvía a cubrir de nieve las Montañas de Trevinca.

Independientemente de su magnífica arquitectura rural, podemos encontrar muestras de su antiguo pasado. Su iglesia de clara factura románica rural, sencilla y austera.

«A Casa dos Vaqueiros», situada en el centro de la aldea en una gran casona de piedra, en la que en su costado NW, se encuentran unos sillares reutilizados de otra construcción anterior, con grabados de posible origen ¿prerrománico? y escenas de jinetes a caballo y representaciones de un ave (¿perdiz?) y un cánido (lobo o perro). Una de las ventanas de la casa está formada por antiguos restos de una lápida sepulcral. También, una palabra de posible origen griego «asobii», se repite cuatros veces en diferentes piedras del muro. En la zona inferior derecha del muro, se encuentra el conjunto de grabados más enigmático por su antiguo simbolismo, con los símbolos del Sol, la Luna en cuarto menguante y una Vieira como representación de la Vida, la Muerte y la Resurrección. En la parte trasera de la casa, podemos encontrar además -de la misma época-, una representación de un hombre con los brazos extendidos (¿crucificado?) y un jinete a caballo.

Los molinos, algunos perfectamente conservados son muestra de la importancia de A Ponte en épocas anteriores. Su uso o utilización individual («horas de muiño»), se regulaba según el tiempo personal empleado en su construcción por los diferentes vecinos que habían participado en la obra o realizado una aportación económica. Esta propiedad de horas de molienda quedaba recogida en escrituras de propiedad y en los testamentos a beneficio de los «herdeiros». Además, este uso heredado se podía vender y el comprador acumulaba más horas de molienda.

Finalmente, Tenemos que reseñar la importancia antropológica de la leyenda de «A Lagoa da Serpe». Esta leyenda de princesa convertida en serpiente -de claro simbolismo céltico/castreño-, es única en el territorio español por la original fórmula del desencantamiento, que se realiza mediante la saliva del valiente joven (desencantador) al escupir «en la boca de la serpiente que llevará abierta» (texto de la leyenda). No podemos olvidar la belleza del paraje, enmarcado a una altitud de 1.700 metros en un claro ejemplo de laguna glaciar.